Repacholi y la OMS

(Fuente imagen: BBC)

Los científicos sólo se ponen de acuerdo en aceptar los efectos térmicos de las radiaciones no ionizantes. Pero, ¿y de los efectos no térmicos?. Tenemos, sin ir más lejos, el reciente estudio de los trastornos de sueño producidos por la telefonía móvil.

Es curioso ver cómo en Europa la mayoría de los países han establecido los criterios de la ICNIRP: una empresa PRIVADA. Y la OMS, ha seguido sus directrices sin ningún tipo de crítica constructiva. Todo ha sido un amén. Pero, ¿y quién controla a la ICNIRP para que no esté influida por la Industria de la telefonía móvil?.

La propia ICNIRP (¿por qué es una agencia de protección si, según ellos, la energía no ionizante no causa ningún mal a nuestra salud?) indica que niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas pueden ser más sensibles frente a las emisiones de las radiaciones que emiten las antenas: ¿ha visto alguien que, durante el proceso de legalización para la instalación de una antena, se haya hecho un estudio sobre cuántas personas de estos grupos de población viven en los alrededores y se hayan establecido restricciones mayores?.

Se maneja muchísimo dinero y ya tenemos el claro precedente de la industria del tabaco. Todo eran estudios negando la mayor -que el tabaco era malo para la salud- hasta que no han podido callar lo evidente... Y ahora volvemos con el mismo método de libro con la tecnología de la telefonía móvil. La actitud de la OMS ha sido criticada hasta por la prestigiosa revista médica The Lancet, que ha considerado que la OMS se ha movido por criterios políticos y no científicos, y que el antiguo responsable, el Sr. Repacholi (autor, por cierto, de un estudio en 1997 en el que se demostraba que las radiaciones de la telefonía móvil, potenciaba a las ratas a tener cáncer), ha reconocido que la industria de la telefonía móvil ha financiado sus "estudios estrella". Ya se ha visto la buena jubilación que le han dado al australiano en una de sus empresas, tras abandonar la OMS. Eso sí, no se va de rositas, ya que un médico parece que le quiere denunciar ante el fiscal general de USA , por crímenes contra la Humanidad.

El testimonio del Dr. Carlos Sosa es bastante clarificador:

"Personalmente tengo a Michael Repacholi como responsable de mi síndrome microondas (EHS). Esta persona tiene que ser sometida a un proceso penal por sus acciones contra millones de seres humanos en los cinco continentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) conocía los efectos perjudiciales décadas antes de la introducción de la telefonía móvil. A Repacholi le tuvo sin cuidado.[...] Repacholi reveló recientemente que hasta la mitad de los fondos empleados en el proyecto de EMF de la Organización Mundial de la Salud procedían de la industria de la telefonía móvil. El conflicto de intereses es como tener la investigación del patrocinador de la industria del tabaco para negar que los cigarrillos son causa de cáncer de pulmón, de la boca, de laringe, el cáncer de faringe,...".