(Fuente T. Oller)
Como ya publicamos hace un mes, el informe Bioinitiative ha mostrado el impacto que puede tener sobre la salud la exposición a las radiaciones electromagnéticas (CEM) que emiten, por ejemplo, las antenas de telefonía móvil, cientos y miles de veces por debajo de los límites legales. En él se recoge que "los actuales límites de seguridad son inadecuados para la protección de la salud de las personas" y se recomienda un límite de precaución de 0,1µW/cm² (0,6V/m). Actualmente, para UMTS, se permite un límite de 981,64µW/cm² (61V/m). Obviamente, las emisiones de las antenas están muy por debajo de estos límites, ya que no necesitan tanta intensidad de CEM para poder funcionar (como puede verse en el Informe 2006 del MITyC sobre exposiciones del público a dichos CEM). Informar que un móvil puede funcionar, según Haumann, con 0,0000000002µW/cm² (0,00003V/m).
Recogemos un interesante resumen del informe Bioinitiative, que ha sido apoyado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, y que sirvió de principal argumento para realizar una pregunta (aún sin respuesta) ante la Comisión del Parlamento Europeo.
Creemos que cada vez se va estrechando más el cerco a la telefonía móvil, y que los científicos están dejando menos margen de maniobra a la Industria y a las operadoras (Don Dinero) para que se escuden en la supuesta inocuidad de su tecnología. Esta vez el tiempo corre más rápido que en el caso del tabaco, en el que se ha tardado cerca de 150 años desde que "The Lancet" alertara del peligro que suponía el tabaco para la salud.