La web Messa in Latino nos recuerda esta tremenda fotografía tomada en 1987, que conviene no olvidar. Un sacerdote, in Persona Christi, por estar oficiando la Misa de siempre es arrastrado desde el altar por la policía a instancias del obispo de Versalles. Este sacrilegio fue perpetrado en la iglesia de San Luis de Port-Marly, en las afueras de París, Francia, el 30 de marzo de 1987. Y pudo ser uno de los motivos que llevaron al Arzobispo Lefebvre a decidir las ordenaciones episcopales de Econe, al año siguiente.
Se ve como el diablo ataca incluso a algunos obispos que llenos de odio se atreven a detener celebraciones tan bellas y dignas como la Santa Misa que siempren han aceptado, pero cuando el diablo ataca y vuelve a contratacar es difícil pararle, es lo que pasó en los inicios del concilio vaticano II que se impuso intolerablemente obligando a los sacerdotes que siempre habían celebrado la Santa Misa celebrasen obligatoriamente la Misa de Pablo VI, es una autopersecución de la Iglesia a la Iglesia, parece un tanto raro pero es lo que realmente pasó...El mal ha querido entrar en la Iglesia y destruirla desde dentro con ideas muy reformistas y secularistas.
Lo que es aún más grave: el Concilio fue secuestrado por los elementos liberales de la Iglesia, quienes desde el principio consiguieron el rechazo de los esquemas preparatorios preconciliares confeccionados para su discusión, y los sustituyeron por otros esquemas progresistas redactados por sus propios "expertos". (Los liberales también consiguieron introducir a sus miembros en las comisiones). Los nuevos esquemas, aprobados como decretos, constituciones y declaraciones del concilio, contienen, más o menos explícitamente, errores doctrinales por los cuales los liberales habían sido condenados en el pasado.
El concilio mismo anima a las tendencias liberales (ya se ve en las misas fruto de este concilio) y se separa de la enseñanza católica tradicional. Pero no tiene autoridad para ninguna de las dos cosas.