Conferencia de Raúl de la Rosa

(Fuente imagen: Alfonso Balmori)

Continuando con las conferencias celebradas en las Jornadas que se están celebrando en Barakaldo hasta este jueves, "Radiaciones de las antenas de telefonía móvil, salud y derechos de las personas expuestas", ayer tuvo lugar la ponencia de D. Raúl de la Rosa Martínez, ex-presidente de la Fundación GEA y especialista en mediciones de campos electromagnéticos (CEM).

De la Rosa explicó que lo que está pasando es similar a lo que pasó en su día con el amianto: han lanzado un experimento a la calle sin conocer sus efectos, y luego vendrán las enfermedades y fallecimientos. La Administración nos hablará de que es inevitable y que son los "muertos del progreso". Pero claro, obviamente, no era inevitable. Comentó que, si analizáramos sólo los casos de las personas que viven cerca de las antenas, estaríamos posiblemente ante una pandemia. Cree que, en unos años, gran parte de la población estará afectada y tendrá efectos biológicos y de todo tipo. Por ejemplo, la electrosensibilidad: hay personas que son especialmente vulnerables y pueden desarrollar una especie de alergia frente a estas radiaciones.

Para Raúl de la Rosa, los estudios que alertan sobre la peligrosidad se silencian. Puso como ejemplo el proyecto Reflex, financiado por la U.E., que, en cuanto vieron que las conclusiones previas se alertaba sobre la peligrosidad de las radiaciones CEM sobre los organismos, se les denegó la subvención para continuar con las siguientes fases del proyecto. También comentó un hecho significativo. Cuando un científico investiga algo y vé que no hay efectos, no investiga más: no sigue investigando e investigando. Si aquí se está investigando tanto es porque saben que hay efectos.

Asimismo, también habló de los límites existentes en otros países, mucho más bajos que en nuestra legislación actual (como es el caso de Italia, Rusia, etc.). En Italia hubo una gran oposición a las recomendaciones de la U.E. para establecer valores de protección, al considerar que, en esas recomendaciones, "no se tienen en cuenta los efectos no térmicos y que no garantiza la salud del ciudadano".

También comentó que no existe un valor seguro de niveles de radiación de CEM, porque el efecto es acumulativo y porque hay gente que es más sensible que otra. Todo esto él lo ha explicado en distintos juicios, como en el de Murcia, en donde el juez condenó a Iberdrola a dejar de producir inmisiones en casa de los demandantes, ya que consideró que el único valor seguro es 0. Se trataba de un matrimonio con dos niños que tenían bastantes afecciones.

Finalmente, como es lógico que la tecnología móvil siga avanzando y siga necesitando más antenas y más potencia (transmitir voz, datos, televisión, internet de alta velocidad, multimedia, etc.), De la Rosa comentaba que nunca íbamos a poder encontrar niveles de emisión cero. Por lo que abogaba para que se regulasen los parques de antenas, estuviesen bajo un buen control municipal y se elaborasen ordenanzas que equilibrasen los derechos empresariales de las operadoras con las garantías de salud de la población, reduciendo, desde luego, los niveles legales máximos, que están muy por encima de lo que necesitan las operadoras y de los niveles donde se conoce que se minimizan los riesgos de efectos biológicos sobre los seres vivos.