Alfonso Chardy
achardy@elnuevoherald.com
Es sabido que Lee Harvey Oswald estuvo en contacto con diplomáticos cubanos en la embajada de La Habana en la Ciudad de México unas semanas antes del asesinato del presidente John F. Kennedy en Dallas en 1963.
Menos conocido es el informe de que Oswald se reunió con diplomáticos cubanos en Los Angeles cuatro años antes, en 1959, el año en que Fidel Castro llegó al poder en la isla.
Si estos contactos jugaron algún papel en el asesinato no se sabe. Pero un ex alto funcionario de la CIA que se especializaba en asuntos cubanos, dice que los contactos sugieren que Oswald bien pudo haber estado en contacto con la inteligencia cubana antes de los acontecimientos del 22 de noviembre de 1963.
Las conclusiones de Brian Latell, contenidas en una nueva edición de bolsillo de su libro del 2012, Castro’s Secrets, sugieren que si Oswald tuvo contacto con la inteligencia cubana, plantea la posibilidad de que Castro actuó primero, asesinando a Kennedy antes de que el gobierno estadounidense pudiera llevar a cabo su propio plan para eliminar al líder cubano.
“La posibilidad de que el gobierno cubano tenga la responsabilidad por la muerte de Kennedy nunca ha sido investigada adecuadamente”, dijo Latell en una entrevista con El Nuevo Herald. “Fidel Castro, ahora se sabe, mintió cuando un día después del asesinato, dijo sobre Oswald que ‘nunca en nuestra vida hemos oído hablar de él’. De hecho, la inteligencia cubana, para entonces, había acumulado un expediente detallado sobre el asesino”.
Medio siglo después del asesinato, las teorías se multiplican sobre quién fue el responsable: Castro, el exilio, la mafia o enemigos dentro del propio gobierno estadounidense.
Antonio Veciana , un militante anticastrista que dijo haber visto a Oswald junto a su contacto de la CIA en Dallas semanas antes del asesinato, aseguró en una entrevista que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel por militares y funcionarios de inteligencia. Veciana dijo que estos funcionarios estaban molestos por el fracaso de Bahía de Cochinos, las negociaciones con la Unión Soviética que pusieron fin a la crisis de los cohetes y la percepción de que Kennedy buscaba mejorar las relaciones con Cuba.
“El asesinato de Kennedy”, dijo Veciana a El Nuevo Herald, “fue un golpe de Estado”.
Dos teorías diametralmente opuestas han surgido sobre quién fue el responsable del asesinato: Castro o los exiliados cubanos. Si Castro fue el responsable, fue para adelantarse a los planes de la CIA para asesinarlo. Si los exiliados lo hicieron, entonces fue en venganza por el fracaso de Bahía de Cochinos.
Los exiliados
La nueva edición del libro de 1998 Not in Your Lifetime, del autor Anthony Summers, afirma haber logrado la primera identificación “verosímil” de un pistolero, previamente no conocido, que pudiera haber disparado contra Kennedy en Dallas: el militante anticastrista Herminio Díaz.
Summers señaló que Díaz había trabajado para el capo de la mafia Santo Trafficante, que tenía casinos en la Cuba precastrista, y que guardaba resentimiento por las acciones de la administración Kennedy contra el crimen organizado.
Díaz murió durante un ataque en Cuba en 1966, pero antes de morir reveló su papel en el asesinato a su compañero militante, Tony Cuesta , según Summers.
Capturado y gravemente herido durante el ataque, Cuesta pasó tiempo en cárceles cubanas, donde a su vez reveló el relato de Díaz a un compañero de prisión, Reinaldo Martínez, quien había sido amigo de Díaz cuando ambos eran estudiantes en Cuba
Cuesta murió de un ataque al corazón en Miami en 1992. Martínez reveló lo que sabía en el 2007, luego de ponerse contacto con el ex investigador del comité de la Cámara, Robert Blakey. Summers dijo que él y Blakey entrevistaron a Martínez durante dos días en el sur de Florida.
En su libro, Summers dice que Martínez describió así el papel de Díaz en el asesinato: “Que Herminio le había confesado a él, a Tony Cuesta, que Herminio había tenido participación en la muerte del presidente de los Estados Unidos”.
Summers dijo que Martínez falleció unos años después de la entrevista, pero que ésta quedó plasmada en un video que estará disponible en breve.
‘Castro lo sabía’
En cuanto a la teoría de que Castro podría tener responsabilidad, hay varios indicios circunstanciales.
Estos incluyen: los presuntos contactos de Oswald con diplomáticos cubanos en 1959, su visita a la embajada de Cuba en la Ciudad de México en septiembre de 1963 y la declaración sorprendente de un desertor de la inteligencia cubana de que cuando trabajaba para el régimen de Castro se le ordenó monitorear las emisiones radiales provenientes de Texas horas antes del asesinato.
Florentino Aspillaga, el desertor, reveló que en la mañana del día del asesinato sus jefes le ordenaron abandonar su trabajo regular de monitoreo de comunicaciones de la CIA de la Florida y Virginia y monitorear todas las comunicaciones que vinieran de Texas. Fue instruido apenas unas horas antes del asesinato a llamar “al liderazgo” si llegara a escuchar algo importante.
Para la 1:30 p.m. de ese día, el joven Aspillaga había interceptado a radioaficionados que hablaban del asesinato .
“Castro lo sabía”, dijo Aspillaga a Latell. “Ellos sabían que Kennedy sería asesinado”.
Gran parte de lo que se conoce acerca de los contactos de Oswald con funcionarios cubanos proviene de documentos y testimonios disponibles desde hace décadas, incluyendo el informe de la Comisión Warren de 1964, la primera en investigar el asesinato de Kennedy, y el informe de 1976 del Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos .
El caso Morgan
Latell, ex funcionario de la CIA que se especializó en Cuba primero como responsable de la oficina de asuntos cubanos y luego como Funcionario Nacional de Inteligencia para América Latina, ha elaborado una teoría de que Oswald se mantuvo en contacto con la inteligencia cubana.
No está claro cómo comenzó el interés de Oswald sobre Cuba.
Pero podría haber estado consciente de artículos periodísticos contemporáneos sobre un aventurero estadounidense, William Morgan, que combatió junto a las fuerzas de Castro después de haber sido expulsado del Ejército de Estados Unidos mientras estaba en bases en Japón. En 1959, Oswald pertenecía a la Infantería de Marina y estaba ubicado en California después de haber servido en una base estadounidense en Atsugi, Japón.
Nelson Delgado, puertorriqueño que se hizo amigo de Oswald en la base de El Toro en California cuando ambos era marines, dijo a investigadores de la Comisión Warren que Oswald y él solían hablar largo y tendido sobre Morgan, Castro y la revolución cubana.
Después de ser expulsado del ejército, Morgan se reubicó en Cuba, se incorporó a la lucha contra el dictador Fulgencio Batista y se convirtió eventualmente en comandante de la revolución bajo Castro.
No hay evidencia de que Morgan y Oswald se hubieran conocido o tenido contacto alguno.
Morgan fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en 1961 tras ser acusado de actividades contrarrevolucionarias contra Castro.
Contactos en LA
Delgado también testificó que Oswald le había dicho que tenía contactos con diplomáticos cubanos en Los Angeles en 1959.
Inicialmente, Delgado declaró que no le había creído a Oswald, pero que cambió de opinión cuando descubrió una carta que parecía ser de un cónsul cubano en Los Angeles en la habitación de Oswald en la base.
Delgado también testificó que un diplomático cubano podría haber visitado a Oswald en la base un día en 1959.
Oswald y su visitante pasaron cerca de dos horas hablando, una noche en 1959, declaró Delgado. Aunque nunca le preguntó a Oswald quién era el visitante, contó la historia en respuesta a una pregunta de un investigador de la Comisión Warren sobre los contactos de Oswald con el consulado cubano.
Oswald también tuvo encuentros con exiliados anticastristas.
En Nueva Orleans
Un día de agosto de 1963, el exiliado cubano Carlos Bringuier increpó a Oswald en una calle de Nueva Orleans, después de que un amigo suyo lo viera repartiendo volantes a favor del grupo procastrista Fair Play for Cuba.
Bringuier y los otros exiliados estaban enfurecidos porque días antes Oswald se había presentado ante ellos como alguien interesado en ayudar a entrenar a los exiliados para luchar contra Castro.
Horas después de que Kennedy fuese asesinado, Bringuier le dijo a un reportero de televisión que sospechaba que Castro estaba detrás del asesinato.
“Aún no sabemos si Lee Harvey Oswald es el asesino del presidente Kennedy”, dijo entonces. “Pero si lo es, entonces la mano de Fidel Castro está implicada en este asesinato”.
Irónicamente, dos acontecimientos indirectamente relacionados con los destinos de Kennedy y Castro tuvieron lugar en otras dos ciudades del mundo, el mismo día en que Kennedy fue asesinado en Dallas.
En París, un agente de la CIA se reunió con Rolando Cubela, un oficial del ejército cubano descontento con Castro, para entregarle un bolígrafo equipado con una jeringa que más tarde iba a ser llenada de veneno, aparentemente para matar al líder cubano.
En La Habana, Castro se encontraba almorzando con el periodista francés Jean Daniel, supuestamente un enviado secreto de la Casa Blanca para buscar una distensión con Cuba, cuando un ayudante informó al líder cubano sobre el asesinato en Dallas.
Castro ha negado cualquier participación en el asesinato de Kennedy.
La conspiración
Si bien la Comisión Warren en 1964 determinó que Oswald actuó solo, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos llegó a la conclusión en 1979 de que Kennedy “fue probablemente asesinado como resultado de una conspiración”.
Los investigadores del Comité no pudieron determinar quiénes eran los conspiradores, aunque descartaron a los gobiernos soviético y cubano.
Sin embargo, el informe de la Cámara incluye una referencia a un supuesto plan para que un diplomático cubano ayudara a Oswald a escapar a Cuba después del asesinato.
El citado informe de la Cámara habla de “rumores” entre exiliados cubanos de Miami de que el diplomático cubano Quintín Pino Machado tenía órdenes de ayudar a Oswald a huir de Dallas a La Habana después del asesinato.
El informe del comité cita el testimonio de Veciana, el veterano militante anticastrista.
Veciana afirmó que durante una reunión en Dallas, en agosto o septiembre de 1963, con un agente de la CIA que conocía como Maurice Bishop, otro hombre estaba presente, alguien quien más tarde reconoció como Oswald.
La investigación de la Cámara nunca pudo corroborar la declaración de Veciana.
Pero Veciana dijo en la entrevista con El Nuevo Herald que está convencido de que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel para tomar represalias por sus políticas que no eran del agrado de elementos conservadores dentro del gobierno estadounidense.
“Vino la Crisis de Octubre, donde los militares [estadounidenses] querían invadir a Cuba y él [Kennedy ] se opuso”, agregó Veciana. “El era el presidente de los Estados Unidos y él, en aquel momento, dijo ‘bueno si nosotros atacamos donde hay miles de soldados rusos y generales, y los matamos, va a haber una guerra atómica’ ”.
Otro supuesto encuentro entre Oswald y una exiliada al parecer tuvo lugar en la puerta de un apartamento en Dallas unos dos meses antes del asesinato.
Silvia Odio, hermana del ex administrador de Miami, César Odio, asegura que uno de los tres hombres que tocaron a su puerta ese día era Oswald. Los otros dos eran cubanos, declaró Odio ante la Comisión Warren. A Oswald se lo presentaron como León Oswald.
Al día siguiente, agregó Odio, uno de los cubanos que se había identificado como Leopoldo, la llamó por teléfono y le dijo que el hombre que luego reconoció como Oswald estaba “un poco loco”.
Entonces Leopoldo dijo que León le había dicho que al “presidente Kennedy los cubanos lo deberían haber asesinado después de Bahía de Cochinos”, según el testimonio de Odio. Leopoldo luego añadió que León afirmaba que sería “fácil” matar a Kennedy.
Menos conocido es el informe de que Oswald se reunió con diplomáticos cubanos en Los Angeles cuatro años antes, en 1959, el año en que Fidel Castro llegó al poder en la isla.
Si estos contactos jugaron algún papel en el asesinato no se sabe. Pero un ex alto funcionario de la CIA que se especializaba en asuntos cubanos, dice que los contactos sugieren que Oswald bien pudo haber estado en contacto con la inteligencia cubana antes de los acontecimientos del 22 de noviembre de 1963.
Las conclusiones de Brian Latell, contenidas en una nueva edición de bolsillo de su libro del 2012, Castro’s Secrets, sugieren que si Oswald tuvo contacto con la inteligencia cubana, plantea la posibilidad de que Castro actuó primero, asesinando a Kennedy antes de que el gobierno estadounidense pudiera llevar a cabo su propio plan para eliminar al líder cubano.
“La posibilidad de que el gobierno cubano tenga la responsabilidad por la muerte de Kennedy nunca ha sido investigada adecuadamente”, dijo Latell en una entrevista con El Nuevo Herald. “Fidel Castro, ahora se sabe, mintió cuando un día después del asesinato, dijo sobre Oswald que ‘nunca en nuestra vida hemos oído hablar de él’. De hecho, la inteligencia cubana, para entonces, había acumulado un expediente detallado sobre el asesino”.
Medio siglo después del asesinato, las teorías se multiplican sobre quién fue el responsable: Castro, el exilio, la mafia o enemigos dentro del propio gobierno estadounidense.
Antonio Veciana , un militante anticastrista que dijo haber visto a Oswald junto a su contacto de la CIA en Dallas semanas antes del asesinato, aseguró en una entrevista que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel por militares y funcionarios de inteligencia. Veciana dijo que estos funcionarios estaban molestos por el fracaso de Bahía de Cochinos, las negociaciones con la Unión Soviética que pusieron fin a la crisis de los cohetes y la percepción de que Kennedy buscaba mejorar las relaciones con Cuba.
“El asesinato de Kennedy”, dijo Veciana a El Nuevo Herald, “fue un golpe de Estado”.
Dos teorías diametralmente opuestas han surgido sobre quién fue el responsable del asesinato: Castro o los exiliados cubanos. Si Castro fue el responsable, fue para adelantarse a los planes de la CIA para asesinarlo. Si los exiliados lo hicieron, entonces fue en venganza por el fracaso de Bahía de Cochinos.
Los exiliados
La nueva edición del libro de 1998 Not in Your Lifetime, del autor Anthony Summers, afirma haber logrado la primera identificación “verosímil” de un pistolero, previamente no conocido, que pudiera haber disparado contra Kennedy en Dallas: el militante anticastrista Herminio Díaz.
Summers señaló que Díaz había trabajado para el capo de la mafia Santo Trafficante, que tenía casinos en la Cuba precastrista, y que guardaba resentimiento por las acciones de la administración Kennedy contra el crimen organizado.
Díaz murió durante un ataque en Cuba en 1966, pero antes de morir reveló su papel en el asesinato a su compañero militante, Tony Cuesta , según Summers.
Capturado y gravemente herido durante el ataque, Cuesta pasó tiempo en cárceles cubanas, donde a su vez reveló el relato de Díaz a un compañero de prisión, Reinaldo Martínez, quien había sido amigo de Díaz cuando ambos eran estudiantes en Cuba
Cuesta murió de un ataque al corazón en Miami en 1992. Martínez reveló lo que sabía en el 2007, luego de ponerse contacto con el ex investigador del comité de la Cámara, Robert Blakey. Summers dijo que él y Blakey entrevistaron a Martínez durante dos días en el sur de Florida.
En su libro, Summers dice que Martínez describió así el papel de Díaz en el asesinato: “Que Herminio le había confesado a él, a Tony Cuesta, que Herminio había tenido participación en la muerte del presidente de los Estados Unidos”.
Summers dijo que Martínez falleció unos años después de la entrevista, pero que ésta quedó plasmada en un video que estará disponible en breve.
‘Castro lo sabía’
En cuanto a la teoría de que Castro podría tener responsabilidad, hay varios indicios circunstanciales.
Estos incluyen: los presuntos contactos de Oswald con diplomáticos cubanos en 1959, su visita a la embajada de Cuba en la Ciudad de México en septiembre de 1963 y la declaración sorprendente de un desertor de la inteligencia cubana de que cuando trabajaba para el régimen de Castro se le ordenó monitorear las emisiones radiales provenientes de Texas horas antes del asesinato.
Florentino Aspillaga, el desertor, reveló que en la mañana del día del asesinato sus jefes le ordenaron abandonar su trabajo regular de monitoreo de comunicaciones de la CIA de la Florida y Virginia y monitorear todas las comunicaciones que vinieran de Texas. Fue instruido apenas unas horas antes del asesinato a llamar “al liderazgo” si llegara a escuchar algo importante.
Para la 1:30 p.m. de ese día, el joven Aspillaga había interceptado a radioaficionados que hablaban del asesinato .
“Castro lo sabía”, dijo Aspillaga a Latell. “Ellos sabían que Kennedy sería asesinado”.
Gran parte de lo que se conoce acerca de los contactos de Oswald con funcionarios cubanos proviene de documentos y testimonios disponibles desde hace décadas, incluyendo el informe de la Comisión Warren de 1964, la primera en investigar el asesinato de Kennedy, y el informe de 1976 del Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos .
El caso Morgan
Latell, ex funcionario de la CIA que se especializó en Cuba primero como responsable de la oficina de asuntos cubanos y luego como Funcionario Nacional de Inteligencia para América Latina, ha elaborado una teoría de que Oswald se mantuvo en contacto con la inteligencia cubana.
No está claro cómo comenzó el interés de Oswald sobre Cuba.
Pero podría haber estado consciente de artículos periodísticos contemporáneos sobre un aventurero estadounidense, William Morgan, que combatió junto a las fuerzas de Castro después de haber sido expulsado del Ejército de Estados Unidos mientras estaba en bases en Japón. En 1959, Oswald pertenecía a la Infantería de Marina y estaba ubicado en California después de haber servido en una base estadounidense en Atsugi, Japón.
Nelson Delgado, puertorriqueño que se hizo amigo de Oswald en la base de El Toro en California cuando ambos era marines, dijo a investigadores de la Comisión Warren que Oswald y él solían hablar largo y tendido sobre Morgan, Castro y la revolución cubana.
Después de ser expulsado del ejército, Morgan se reubicó en Cuba, se incorporó a la lucha contra el dictador Fulgencio Batista y se convirtió eventualmente en comandante de la revolución bajo Castro.
No hay evidencia de que Morgan y Oswald se hubieran conocido o tenido contacto alguno.
Morgan fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en 1961 tras ser acusado de actividades contrarrevolucionarias contra Castro.
Contactos en LA
Delgado también testificó que Oswald le había dicho que tenía contactos con diplomáticos cubanos en Los Angeles en 1959.
Inicialmente, Delgado declaró que no le había creído a Oswald, pero que cambió de opinión cuando descubrió una carta que parecía ser de un cónsul cubano en Los Angeles en la habitación de Oswald en la base.
Delgado también testificó que un diplomático cubano podría haber visitado a Oswald en la base un día en 1959.
Oswald y su visitante pasaron cerca de dos horas hablando, una noche en 1959, declaró Delgado. Aunque nunca le preguntó a Oswald quién era el visitante, contó la historia en respuesta a una pregunta de un investigador de la Comisión Warren sobre los contactos de Oswald con el consulado cubano.
Oswald también tuvo encuentros con exiliados anticastristas.
En Nueva Orleans
Un día de agosto de 1963, el exiliado cubano Carlos Bringuier increpó a Oswald en una calle de Nueva Orleans, después de que un amigo suyo lo viera repartiendo volantes a favor del grupo procastrista Fair Play for Cuba.
Bringuier y los otros exiliados estaban enfurecidos porque días antes Oswald se había presentado ante ellos como alguien interesado en ayudar a entrenar a los exiliados para luchar contra Castro.
Horas después de que Kennedy fuese asesinado, Bringuier le dijo a un reportero de televisión que sospechaba que Castro estaba detrás del asesinato.
“Aún no sabemos si Lee Harvey Oswald es el asesino del presidente Kennedy”, dijo entonces. “Pero si lo es, entonces la mano de Fidel Castro está implicada en este asesinato”.
Irónicamente, dos acontecimientos indirectamente relacionados con los destinos de Kennedy y Castro tuvieron lugar en otras dos ciudades del mundo, el mismo día en que Kennedy fue asesinado en Dallas.
En París, un agente de la CIA se reunió con Rolando Cubela, un oficial del ejército cubano descontento con Castro, para entregarle un bolígrafo equipado con una jeringa que más tarde iba a ser llenada de veneno, aparentemente para matar al líder cubano.
En La Habana, Castro se encontraba almorzando con el periodista francés Jean Daniel, supuestamente un enviado secreto de la Casa Blanca para buscar una distensión con Cuba, cuando un ayudante informó al líder cubano sobre el asesinato en Dallas.
Castro ha negado cualquier participación en el asesinato de Kennedy.
La conspiración
Si bien la Comisión Warren en 1964 determinó que Oswald actuó solo, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos llegó a la conclusión en 1979 de que Kennedy “fue probablemente asesinado como resultado de una conspiración”.
Los investigadores del Comité no pudieron determinar quiénes eran los conspiradores, aunque descartaron a los gobiernos soviético y cubano.
Sin embargo, el informe de la Cámara incluye una referencia a un supuesto plan para que un diplomático cubano ayudara a Oswald a escapar a Cuba después del asesinato.
El citado informe de la Cámara habla de “rumores” entre exiliados cubanos de Miami de que el diplomático cubano Quintín Pino Machado tenía órdenes de ayudar a Oswald a huir de Dallas a La Habana después del asesinato.
El informe del comité cita el testimonio de Veciana, el veterano militante anticastrista.
Veciana afirmó que durante una reunión en Dallas, en agosto o septiembre de 1963, con un agente de la CIA que conocía como Maurice Bishop, otro hombre estaba presente, alguien quien más tarde reconoció como Oswald.
La investigación de la Cámara nunca pudo corroborar la declaración de Veciana.
Pero Veciana dijo en la entrevista con El Nuevo Herald que está convencido de que Kennedy fue víctima de una conspiración de alto nivel para tomar represalias por sus políticas que no eran del agrado de elementos conservadores dentro del gobierno estadounidense.
“Vino la Crisis de Octubre, donde los militares [estadounidenses] querían invadir a Cuba y él [Kennedy ] se opuso”, agregó Veciana. “El era el presidente de los Estados Unidos y él, en aquel momento, dijo ‘bueno si nosotros atacamos donde hay miles de soldados rusos y generales, y los matamos, va a haber una guerra atómica’ ”.
Otro supuesto encuentro entre Oswald y una exiliada al parecer tuvo lugar en la puerta de un apartamento en Dallas unos dos meses antes del asesinato.
Silvia Odio, hermana del ex administrador de Miami, César Odio, asegura que uno de los tres hombres que tocaron a su puerta ese día era Oswald. Los otros dos eran cubanos, declaró Odio ante la Comisión Warren. A Oswald se lo presentaron como León Oswald.
Al día siguiente, agregó Odio, uno de los cubanos que se había identificado como Leopoldo, la llamó por teléfono y le dijo que el hombre que luego reconoció como Oswald estaba “un poco loco”.
Entonces Leopoldo dijo que León le había dicho que al “presidente Kennedy los cubanos lo deberían haber asesinado después de Bahía de Cochinos”, según el testimonio de Odio. Leopoldo luego añadió que León afirmaba que sería “fácil” matar a Kennedy.
FOTOS: La autopsia de Kennedy.
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