Alejandro González Raga
Madrid,| 12-04-2011
DDC
Una 'picúa' para el preso Armando Sosa Fortuny, ausente de las listas de recién excarcelados.
He buscado las listas de los últimos ex presos políticos cubanos llegados a España, he seguido las noticias con la esperanza de encontrar nombres conocidos, pero nada.
Esperaba descubrir el nombre de algún amigo, y tenía especial interés en hallar el de Armando Sosa Fortuny o el de su inseparable compañero de encierro, Jesús Rojas Pineda. Habría sido una señal que no llegó. Porque el odio sigue siendo la esencia de nuestros males y la venganza el último recurso de quien se niega a reconocer que ha perdido.
Quería ver entre esos inventarios humanos a algunas personas que deberían haber sido consideradas. Necesito entregarle a Armando una picúa (papel pequeño escrito) que mandó un día del año 2006 a mi galera después de una de sus visitas familiares y que no sé cómo llegó hasta España entre algunos escritos que escaparon (puro milagro) a la ultima requisa. Pero una llamada a Elizardo Sánchez en La Habana me confirma que no está incluido. Y mi deseo quedará, como otros tantos, insatisfecho.
Dice su nota: "Date un abrazo y disculpa que la visita no fue como yo esperaba, pero el día 9 de abril pienso ir otra vez. Mi familia está en Perú y no vendrá por aquí hasta dentro de tres años. Un abrazo nuestro. ¡Chao! Armando Sosa".
Yo quería darle un abrazo físico, el abrazo que me él me enviaba a cada rato, a veces con una piñata (algunos alimentos) como era nuestra costumbre cada vez que teníamos visita, otras con alguna petición. Pero va ser que no, Armando Sosa Fortuny está en esa clase de prisioneros que el régimen no liberará nunca, porque su cautiverio es el combustible remanente que alimenta la llama de la última utopía.
Sosa cumplirá, si no los ha cumplido ya, 17 años de encierro de esta, su segunda sanción de 30 años. Ya había extinguido en otra causa anterior una cifra semejante. Tiene 70, pero no está en ninguna lista. Y ya no estará, porque según se ha anunciado, el proceso de excarcelaciones ha concluido.
Es la decisión y contra eso hay poco que podamos hacer, salvo hablar de la superficialidad y el desparpajo con se ha tratado este asunto, aunque son tan obvios los motivos que tampoco es necesario entrar en detalles.
Es cierto que Armando participó en una acción armada donde hubo una víctima mortal. Los que gobiernan hoy en Cuba llegaron al poder después de una guerra fratricida y sobre miles de cadáveres.
No es solo Sosa, hay unos 50 casos similares, todos con más de una década en las prisiones. Para ellos no habrá solución al menos en esta versión ridícula de la liberación. Entre esos casos está también Ernesto Borges Pérez, un oficial de inteligencia que resultó acusado de espionaje y sancionado a 30 años de privación de libertad. Todos ellos están en la otra lista, en la lista de los que nunca serán liberados.
Ernesto Borges, Jesús Rojas, Armando Sosa, Rolando Sarraff Trujillo, Rafael Ibarra Roque y al menos 45 más quedarán atrapados en el celaje de la perversión juridica, mientras el régimen anuncia que concluye una etapa en la que a discreción ha sacado de las cárceles al exilio a más de un centenar de presos políticos.
Conservaré la picua y el abrazo para ese viejo y buen amigo, que no sé si sabrá que su hermana murió y por eso ya no acude a sus esporádicos encuentros. Estas palabras son la única manera de enviarle una señal, de decirle como solíamos decir en las prisiones, ante la imposibilidad de cualquier contacto físico: Date un beso Armando, salúdate allí.
De El que Siembra su Maiz Para Armandito y para todos:
Date un beso Armando, salúdate allí.
Tus amigas de Rainbow
SUMATE A ESTA PICUA