(Fuente imagen: AEMA)
La Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) ha emitido ayer un comunicado en el que muestra su preocupación acerca de los efectos que pueden tener los campos electromagnéticos (CEM ó EMF) para la salud humana. La EEA pide que se apliquen estándares de seguridad más restrictivos que regulen las radiaciones CEM de los teléfonos móviles, de las líneas de alta tensión, puntos WiFi y otras muchas fuentes a las que estamos expuestos en vida diaria.
La Agencia ha basado su alerta en las conclusiones del reciente informe “Bioinitiative: Un análisis razonado para un estándar público biológico de la exposición para los campos electromagnéticos”. Dicho informe ha sido realizado por BioInitiative, un grupo internacional de científicos, los investigadores y los profesionales públicos de la política sanitaria. La EEA ha contribuido a este nuevo informe con un capítulo titulado “Lecciones tardías de detecciones tempranas: el principio de precaución 1896-2000”, que ya publicó en 2001.
Jacqueline McGlade, la directora ejecutiva de la Agencia Europea, declaró que “las investigaciones y revisiones recientes, acerca de los efectos a largo plazo de las radiaciones de las telecomunicaciones móviles, sugieren que es prudente que las autoridades sanitarias recomienden acciones para reducir el nivel de las exposiciones, especialmente en grupos vulnerables, como son los niños.”