17 de mayo de 2014, justo un año después de haberse alzado con su décima Copa del Rey ante el Madrid el Atlético de Madrid se proclama ahora vencedor de su décima Liga española de fútbol al empatar a uno en el campo del otro gigante del fútbol español: ante el FC Barcelona, justo en su partido número 2500 en Primera División, un campeonato por el que no hace tantas fechas pocos apostaban a pesar de la trayectoria de los atléticos. Porque ha habido dos frases este año: la del "partido a partido" del Cholo Simeone, y la de "ya caerán" de casi toda la prensa deportiva.
Y como es el Atleti la proclamación de campeón de Liga exige que lo haga con mucho esfuerzo, con mucho sufrimiento, con muchos contratiempos, con épica y heroicidad: no perdiendo en uno de los estadios más difíciles de Europa, no perdiendo ante un rival que ganando hubiera sido quien se proclamara campeón ante su público, no perdiendo a pesar de que a la media hora de partido se habían retirado lesionados sus estrellas más mediáticas, no perdiendo ante un rival que se adelantó en el marcador que le daba todo a su favor: ATLETI EN ESTADO PURO.
Porque el Atlético puede ser sinónimo de muchas cosas, ayer la palabra "pupas" sobrevoló los pensamientos de muchos, pero ayer y este año esta palabra no existe para el Atlético, nos apuntamos al sufrimiento, pero al sufrimiento del éxito, al sufrimiento de llevar 60 partidos oficiales jugados y solo 6 de ellos perdidos.
Perdimos una Supercopa a principios de temporada también ante el Barça sin perder ninguno de los dos partidos, se llegó hasta semifinales de la Copa y solo se perdieron los partidos de semifinales ante el Real Madrid, pero hasta entonces 5 victorias y un solo empate y siendo los primeros en ganar en el Nuevo San Mamés (y después se repitió triunfo en Liga), hemos llegado a la final de la Champions invictos, y sobre todo, esta Liga de Primera División que se ha ganado en la última jornada tras desperdiciar la posibilidad de haberlo hecho una jornadas antes.
Una Liga de Primera en la que el Atleti ha ganado al menos un partido a todos los demás equipos salvo precisamente al Barcelona, con el que tampoco se ha perdido ni en la Liga ni en las dos restantes competiciones en las que nos hemos cruzado (Supercopa y Champions).
Ayer fue un día histórico y quizás sería conveniente guardar esta fecha de 17 de mayo como talismán para nuestro equipo.
El Atlético se plantó en el Nou Camp a jugar esta curiosa y extraña final de la Liga entre los dos únicos aspirantes al campeonato (de moción de censura lo de que Villar no acuda a este partido y no se entregue el trofeo al ganador tras terminar el partido). Al Atleti le bastaba con empatar, le bastaba con mantener su puerta a cero, algo que se había conseguido en buena parte de los partidos jugados. El Atleti llegó sin bajas importantes pero con Diego Costa al límite tras una lesión, y así pudo formar con su equipo de gala: con Courtois, el Zamora de la Liga (segundo consecutivo), con Filipe Luis, con Juanfran, con Miranda, con Diego Godín, el autor del gol que nos da la Liga, con Arda Turan, con Gabi, el gran olvidado por el Marqués, con Koke, con Tiago, tremenda la temporada del portugués, tremenda su segunda vuelta, con Diego Costa y con Villa, ay Villa, con un poco de más acierto esta temporada hubiéramos sufrido menos esta temporada.
EL primer susto llega cuando se forma un contragolpe por los atléticos y Diego Costa hace signos ostensibles de haberse roto y no puede llegar a un balón que le propiciaba una clara ocasión de peligro, llegan las lágrimas y lamentos, la desesperación y el primer sobrevuelo de la palabra "Pupas". Es sustituido por Adrián y formamos una nueva delantera asturiana, mal presagio.
El partido continúa y el Atleti sigue siendo el virtual campeón, pero entonces Arda recibe un golpe en la cadera y se resiente, segundo sobrevuelo. Vuelven las lágrimas, los lamentos, los whatsapps de desánimos, las manos sobre la cabeza o sobre la cara, lo dicho: Atleti en estado puro. Ahora es Raúl García quien entra, no pasa nada, ya hemos ganado partidos sin Diego o sin Arda, y ni siquiera estamos obligados a ganar.
Y como es el Atleti la proclamación de campeón de Liga exige que lo haga con mucho esfuerzo, con mucho sufrimiento, con muchos contratiempos, con épica y heroicidad: no perdiendo en uno de los estadios más difíciles de Europa, no perdiendo ante un rival que ganando hubiera sido quien se proclamara campeón ante su público, no perdiendo a pesar de que a la media hora de partido se habían retirado lesionados sus estrellas más mediáticas, no perdiendo ante un rival que se adelantó en el marcador que le daba todo a su favor: ATLETI EN ESTADO PURO.
Porque el Atlético puede ser sinónimo de muchas cosas, ayer la palabra "pupas" sobrevoló los pensamientos de muchos, pero ayer y este año esta palabra no existe para el Atlético, nos apuntamos al sufrimiento, pero al sufrimiento del éxito, al sufrimiento de llevar 60 partidos oficiales jugados y solo 6 de ellos perdidos.
Perdimos una Supercopa a principios de temporada también ante el Barça sin perder ninguno de los dos partidos, se llegó hasta semifinales de la Copa y solo se perdieron los partidos de semifinales ante el Real Madrid, pero hasta entonces 5 victorias y un solo empate y siendo los primeros en ganar en el Nuevo San Mamés (y después se repitió triunfo en Liga), hemos llegado a la final de la Champions invictos, y sobre todo, esta Liga de Primera División que se ha ganado en la última jornada tras desperdiciar la posibilidad de haberlo hecho una jornadas antes.
Una Liga de Primera en la que el Atleti ha ganado al menos un partido a todos los demás equipos salvo precisamente al Barcelona, con el que tampoco se ha perdido ni en la Liga ni en las dos restantes competiciones en las que nos hemos cruzado (Supercopa y Champions).
Ayer fue un día histórico y quizás sería conveniente guardar esta fecha de 17 de mayo como talismán para nuestro equipo.
El Atlético se plantó en el Nou Camp a jugar esta curiosa y extraña final de la Liga entre los dos únicos aspirantes al campeonato (de moción de censura lo de que Villar no acuda a este partido y no se entregue el trofeo al ganador tras terminar el partido). Al Atleti le bastaba con empatar, le bastaba con mantener su puerta a cero, algo que se había conseguido en buena parte de los partidos jugados. El Atleti llegó sin bajas importantes pero con Diego Costa al límite tras una lesión, y así pudo formar con su equipo de gala: con Courtois, el Zamora de la Liga (segundo consecutivo), con Filipe Luis, con Juanfran, con Miranda, con Diego Godín, el autor del gol que nos da la Liga, con Arda Turan, con Gabi, el gran olvidado por el Marqués, con Koke, con Tiago, tremenda la temporada del portugués, tremenda su segunda vuelta, con Diego Costa y con Villa, ay Villa, con un poco de más acierto esta temporada hubiéramos sufrido menos esta temporada.
EL primer susto llega cuando se forma un contragolpe por los atléticos y Diego Costa hace signos ostensibles de haberse roto y no puede llegar a un balón que le propiciaba una clara ocasión de peligro, llegan las lágrimas y lamentos, la desesperación y el primer sobrevuelo de la palabra "Pupas". Es sustituido por Adrián y formamos una nueva delantera asturiana, mal presagio.
El partido continúa y el Atleti sigue siendo el virtual campeón, pero entonces Arda recibe un golpe en la cadera y se resiente, segundo sobrevuelo. Vuelven las lágrimas, los lamentos, los whatsapps de desánimos, las manos sobre la cabeza o sobre la cara, lo dicho: Atleti en estado puro. Ahora es Raúl García quien entra, no pasa nada, ya hemos ganado partidos sin Diego o sin Arda, y ni siquiera estamos obligados a ganar.
El partido es disputado, sin brillo como no podía ser de otra manera, sin claras ocasiones, el Barça con su obsesión de tocar, tocar y tocar hasta la desesperación en ocasiones, y entonces llega un balón en el área que Messi para con el pecho con la intención de continuar él mismo la jugada pero el balón sale largo tras golpear su pecho hinchado de millones tras la renovación y se convierte en una asistencia para Alexis Sánchez que empalma un duro disparo que se cuela probablemente por el único hueco que tenía para hacerlo, por la escuadra, no tenía más huecos, impresionante golazo.
Vuelven los lamentos, las manos a la cabeza, solo falta una avioneta con una pancarta y la palabra Pupas sobrevolando el estadio, pero queda aún más de un tiempo para empatar, porque un gol nos da la Liga y aún sin Diego Costa el Atleti ha sabido marcar en partido sin el hispano-brasileño. Conociendo al Cholo todos nos imaginamos qué pasó en el entretiempo en el vestuario visitante: arenga del argentino a los jugadores, un "podemos" tan grande como sus..., tan grande como lo que queráis, un "hay que creer", un "tened fe", y todas esas cosas que han servido para que este Atleti sin fichajes de 100 millones haya hecho la campaña que haya hecho.
Y el Atleti sale enchufado al césped del Nou Camp, ese Nou Camp que hace unos años convirtió definitivamente a Tiago al atleticismo, todos recordamos sus lágrimas en las pantallas del coliseo blaugrana, todos supimos leer lo que pensó aquella noche: "de este equipo y esta afición no me separo", y el Atleti salió como tantas veces a hecho este año al terreno de juego: salió a ganar, a ganar a ganar y ganar. Porque todos sabemos que el Atleti ayer hizo algo de trampa y además de los 11 jugadores hubo alguien desde arriba que les inculcó sin saberlo el lema que tantas veces hemos recordado este año, y frente a todo un Barça, frente a cientos de millones de euros de presupuesto. Ese es el Atleti que tanto hemos deseado durante tantos años.
Y entonces llega una primera ocasión de Villa que repele el palo, irrecordable el número de palos que llevan este año los dos asturianos. Y llega un córner que saca Gabi, el Pantic del 2014, y llega Godín como un expreso salta y golpea el balón como si hubiera que romperlo con la cabeza, y el balón lo pica abajo donde Pinto no sabe llegar. Es el gol del empate, el gol que da una liga, el gol que hizo temblar Madrid, el gol que muchos contarán a hijos y nietos.
Y a partir de ahí más sufrimiento porque los minutos pasan y un nuevo gol culé les da de nuevo la Liga, no parece que lo puedan conseguir pero todos sabemos que en fútbol los goles llegan cuando menos se esperan. Llegaría un gol de Messi anulado en claro fuera de juego, pero parece que lo del Villarato es leyenda urbana, un invento de la caverna madridista para justificar sus fracasos, y el árbitro Mateu Lahoz ayer tuvo un arbitraje perfecto, sin concesiones ni regalos, las cosas como son.
El Atleti aguantaría el medio empuje barcelonista y tendría hasta alguna ocasión en algún contragolpe, pero no llegó a trenzar peligro en el final de las jugadas. Llegó el último minuto y se botaba un córner sobre el área de Courtois y al área atlética subió también Pinto, pero Pinto no hizo de Palop y se acabó el partido, el Atleti campeón a lo grande y el público del Nou Camp reconociéndolo con aplausos, segunda vez que nos aplaude su afición, ya lo hizo en el Calderón en Champions
Vuelven los lamentos, las manos a la cabeza, solo falta una avioneta con una pancarta y la palabra Pupas sobrevolando el estadio, pero queda aún más de un tiempo para empatar, porque un gol nos da la Liga y aún sin Diego Costa el Atleti ha sabido marcar en partido sin el hispano-brasileño. Conociendo al Cholo todos nos imaginamos qué pasó en el entretiempo en el vestuario visitante: arenga del argentino a los jugadores, un "podemos" tan grande como sus..., tan grande como lo que queráis, un "hay que creer", un "tened fe", y todas esas cosas que han servido para que este Atleti sin fichajes de 100 millones haya hecho la campaña que haya hecho.
Y el Atleti sale enchufado al césped del Nou Camp, ese Nou Camp que hace unos años convirtió definitivamente a Tiago al atleticismo, todos recordamos sus lágrimas en las pantallas del coliseo blaugrana, todos supimos leer lo que pensó aquella noche: "de este equipo y esta afición no me separo", y el Atleti salió como tantas veces a hecho este año al terreno de juego: salió a ganar, a ganar a ganar y ganar. Porque todos sabemos que el Atleti ayer hizo algo de trampa y además de los 11 jugadores hubo alguien desde arriba que les inculcó sin saberlo el lema que tantas veces hemos recordado este año, y frente a todo un Barça, frente a cientos de millones de euros de presupuesto. Ese es el Atleti que tanto hemos deseado durante tantos años.
Y entonces llega una primera ocasión de Villa que repele el palo, irrecordable el número de palos que llevan este año los dos asturianos. Y llega un córner que saca Gabi, el Pantic del 2014, y llega Godín como un expreso salta y golpea el balón como si hubiera que romperlo con la cabeza, y el balón lo pica abajo donde Pinto no sabe llegar. Es el gol del empate, el gol que da una liga, el gol que hizo temblar Madrid, el gol que muchos contarán a hijos y nietos.
Y a partir de ahí más sufrimiento porque los minutos pasan y un nuevo gol culé les da de nuevo la Liga, no parece que lo puedan conseguir pero todos sabemos que en fútbol los goles llegan cuando menos se esperan. Llegaría un gol de Messi anulado en claro fuera de juego, pero parece que lo del Villarato es leyenda urbana, un invento de la caverna madridista para justificar sus fracasos, y el árbitro Mateu Lahoz ayer tuvo un arbitraje perfecto, sin concesiones ni regalos, las cosas como son.
El Atleti aguantaría el medio empuje barcelonista y tendría hasta alguna ocasión en algún contragolpe, pero no llegó a trenzar peligro en el final de las jugadas. Llegó el último minuto y se botaba un córner sobre el área de Courtois y al área atlética subió también Pinto, pero Pinto no hizo de Palop y se acabó el partido, el Atleti campeón a lo grande y el público del Nou Camp reconociéndolo con aplausos, segunda vez que nos aplaude su afición, ya lo hizo en el Calderón en Champions
Son muchas las veces que durante todo el año se ha hablado de que el Barça nos robaría la liga, todavía son muchos los que piensan que el tercero lo es por los arbitrajes, que poco recuerdan del partido de Elche, así que desde aquí mis más tremendo desprecio hacia los Ronceros de turno, hacia los Siro López, hacia Roberto Gómez, hacia los Manolos, hacia Juanma Cueto, hacia Javier Callejo, hacia toda esa prensa que se dedica a intoxicar más que a informar, hacia todos esos que anoche pasaron mala noche por ver al Atleti campeón, esa prensa que desconoce las palabras pluralidad informativa, objetividad, independencia, información.
En fin que somos campeones, pese a quien pese, ahora toca final en Lisboa, pase lo que pase el Atleti habrá completado la mejor campaña de su historia, una campaña en que ha destrozado muchos récords, en la que ha cerrado muchos bocas y que ha servido para encumbrar al Cholo Simeone, ese Cholo en el que pocos confiábamos a su llegada
En fin que somos campeones, pese a quien pese, ahora toca final en Lisboa, pase lo que pase el Atleti habrá completado la mejor campaña de su historia, una campaña en que ha destrozado muchos récords, en la que ha cerrado muchos bocas y que ha servido para encumbrar al Cholo Simeone, ese Cholo en el que pocos confiábamos a su llegada