Un poco retrasado del 11 de septiembre "Día del Maestro Argentino" quiero rendir homenaje a todos los maestros, entre ellos y en especial atención: a mi hermana, mis cuñadas y cuñados, mis tías, mis primos y primas, mis amigas y amigos; pero me resulta difícil tratar las diferentes experiencias profesionales de estas queridas personas, tales como el largo viaje de mi joven e inexperta hermana a la localidad de Tolloche (Salta) conociendo así su primera escuela. La experiencia de mi tía Aurelia que desde Santa María de Catamarca fue a trabajar en su primera escuelita en El Algarrobal (El Quebrachal . Salta) o mis tías Gladys Noelia Maradona y Angélica Torres Jimenez "Chichí" quienes hacían toda una travesía a caballo por las cornisas y vadeando ríos para llegar en aquellos años al pueblito de La Caldera y dar clases en la escuela "Juana Moro de López"o la experiencia de Susana Braylan, una porteña que enseña español en la University of Florida (U.S.A.)
En este homenaje voy a hablar de un amigo. Un querido amigo llamado Luis Alberto Pintos, maestro, profesor de Geografía y amante de esa vocación de servicio que lo lleva todos los días a cumplir unos cuantos kilómetros en automóvil y otros tantos en lancha para poder encontrarse con sus alumnos en la escuela de la Isla Buey Muerto (Formosa).
Como la mayoría de esos maestros que lo entregan todo, Luis encontrándose de visita en Salta no desaprovechaba oportunidad en recordar a sus alumnos de la isla y, en el camino que hacen las vías del "Tren de las Nubes", filmaba las montañas y los pequeños pero caudalosos ríos, relatándoles cada imagen, cada toma haciendo referencias a las formaciones de la geografía local. Lo mismo ocurrió en el Abra de Santa Laura, por el camino de cornisa a Jujuy, que filmaba las líneas divisorias, pintadas en la calzada de la Ruta Nacional 9, entre las provincias de Jujuy y Salta. Filmando como uno en ese lugar podía poner un pie en una provincia y el otro en la provincia vecina. Eso le llnaba de alegría al tiempo que despertaba mi admiración por él.
Por curiosidad le pregunté como es el viaje desde su casa a la Isla Buey Muerto y me contó que con otros docentes que viven como él en Clorinda (Formosa), salen muy temprano en el vehículo de uno de ellos (el que por turno corresponda), hasta un lugar donde tienen una lancha a motor lista para hacer el otro tramo sobre el río Paraguay. Este viaje puede resultar dentro de un calor insoportable, un frío poco visto en esas latitudes o bajo la lluvia y en medio de la bruma que no deja ver más allá de sus narices...
Este viaje puede tener algunos conflictos, como por ejemplo cuando el río lleva cientos de camalotes que obstaculizan el avance de la embarcación.
Otro problemita lo traen algunos pequeños inocentes a los que ellos llaman "tercer pasajero" en la lancha y que casi siempre son algunos ofidios como esta yarará escondida en cubierta en el tacho con combustible.
Pero víboras hay en toda la zona de Buey Muerto...
Y así, maestros y algunos alumnos llegan a la escuelita rural...
Cantan el Himno Nacional e izan la Enseña Patria como se lo hace en todas las escuelas del país, pero el ambiente es algo distinto allá en la húmeda frontera del noreste...
Después de las horas de clase en las aulas, sirven la comida de los niños al mediodía, y luego los docentes se juntan en un pequeño y sencillo almuerzo.
Pero no todo termina ahí, el trabajo en las escuelas rurales continua a la siesta y a la tarde, en las labores de huerta y otras tareas de la que los maestros no son ajenos...
Hoy tomamos a este maestro anónimo, para que en él, rindamos homenaje a todos los maestros argentinos, se encuentren donde se encuentren, en una isla, en el monte, en la selva, en las grandes alturas, en los desiertos altiplánicos, en los salares, donde quiera Dios los haya mandado a sembrar el interés por el aprendizaje...
Luis Alberto Pintos, un anónimo maestro en un lugar que seguramente Ud., como yo, jamás sentimos nombrar, la Isla Buey Muerto, en Formosa. Un hombre igual que todos los hombres, un docente singular que no desaprovecha oportunidad para hacer algo por sus alumnos. Él fue el maestro elegido por Salta Nuestra Cultura para que en su persona felicitemos a todos nuestros maestros en su día...
Feliz Día del Maestro!!!!
NOTA: Las fotografías fueron tomadas del facebook del homenajeado.
En este homenaje voy a hablar de un amigo. Un querido amigo llamado Luis Alberto Pintos, maestro, profesor de Geografía y amante de esa vocación de servicio que lo lleva todos los días a cumplir unos cuantos kilómetros en automóvil y otros tantos en lancha para poder encontrarse con sus alumnos en la escuela de la Isla Buey Muerto (Formosa).
Como la mayoría de esos maestros que lo entregan todo, Luis encontrándose de visita en Salta no desaprovechaba oportunidad en recordar a sus alumnos de la isla y, en el camino que hacen las vías del "Tren de las Nubes", filmaba las montañas y los pequeños pero caudalosos ríos, relatándoles cada imagen, cada toma haciendo referencias a las formaciones de la geografía local. Lo mismo ocurrió en el Abra de Santa Laura, por el camino de cornisa a Jujuy, que filmaba las líneas divisorias, pintadas en la calzada de la Ruta Nacional 9, entre las provincias de Jujuy y Salta. Filmando como uno en ese lugar podía poner un pie en una provincia y el otro en la provincia vecina. Eso le llnaba de alegría al tiempo que despertaba mi admiración por él.
Por curiosidad le pregunté como es el viaje desde su casa a la Isla Buey Muerto y me contó que con otros docentes que viven como él en Clorinda (Formosa), salen muy temprano en el vehículo de uno de ellos (el que por turno corresponda), hasta un lugar donde tienen una lancha a motor lista para hacer el otro tramo sobre el río Paraguay. Este viaje puede resultar dentro de un calor insoportable, un frío poco visto en esas latitudes o bajo la lluvia y en medio de la bruma que no deja ver más allá de sus narices...
Este viaje puede tener algunos conflictos, como por ejemplo cuando el río lleva cientos de camalotes que obstaculizan el avance de la embarcación.
Otro problemita lo traen algunos pequeños inocentes a los que ellos llaman "tercer pasajero" en la lancha y que casi siempre son algunos ofidios como esta yarará escondida en cubierta en el tacho con combustible.
Pero víboras hay en toda la zona de Buey Muerto...
Y así, maestros y algunos alumnos llegan a la escuelita rural...
Cantan el Himno Nacional e izan la Enseña Patria como se lo hace en todas las escuelas del país, pero el ambiente es algo distinto allá en la húmeda frontera del noreste...
Después de las horas de clase en las aulas, sirven la comida de los niños al mediodía, y luego los docentes se juntan en un pequeño y sencillo almuerzo.
Pero no todo termina ahí, el trabajo en las escuelas rurales continua a la siesta y a la tarde, en las labores de huerta y otras tareas de la que los maestros no son ajenos...
Hoy tomamos a este maestro anónimo, para que en él, rindamos homenaje a todos los maestros argentinos, se encuentren donde se encuentren, en una isla, en el monte, en la selva, en las grandes alturas, en los desiertos altiplánicos, en los salares, donde quiera Dios los haya mandado a sembrar el interés por el aprendizaje...
Luis Alberto Pintos, un anónimo maestro en un lugar que seguramente Ud., como yo, jamás sentimos nombrar, la Isla Buey Muerto, en Formosa. Un hombre igual que todos los hombres, un docente singular que no desaprovecha oportunidad para hacer algo por sus alumnos. Él fue el maestro elegido por Salta Nuestra Cultura para que en su persona felicitemos a todos nuestros maestros en su día...
Feliz Día del Maestro!!!!
NOTA: Las fotografías fueron tomadas del facebook del homenajeado.