" Avances en la creación de órganos en el laboratorio "







   De una bandeja de acero inoxidable, Francisco Fernández-Avilés levantó una masa gomosa gris del tamaño de un puño gordo.

Se trataba de un corazón humano (extraído de un cadáver) que había sido bañado con detergentes industriales hasta que sus células originales habían sido eliminadas y lo único que quedaba era lo que los científicos llaman el andamio

Después, dijo Avilés, "necesitamos