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Para Cuba ya es hora (desde  hace mucho rato). Por Esteban  Fernández
  Les  dije hace una semana que los cubanos parecemos tener una "bola de  cristal" para predecir el futuro,  pero si la hubiéramos tenido en el  año 59,  habríamos previsto que Fidel Castro se quedaría en el poder por  más de 52 años. Y quizás la mayoría de nosotros hubiera optado por  quedarse allá luchando y afrontando las consecuencias.
 La  pregunta que yo me hago diariamente es ¿si nos hubiéramos quedado en  Cuba, habríamos derrocado a Castro o todos hubiéramos cumplido largas  condenas carcelarias, o quien sabe, hasta hubiéramos caído frente al  paredón de fusilamiento? No sé, no tengo una respuesta para eso.
 Muchos  cubanos están contentos porque salvaron sus vidas y, como decidieron  radicarse en los Estados Unidos, lograron proporcionarle a sus familias  una existencia mejor.  Tuvieron la suerte de poder educar a sus hijos en  la libertad y han tenido casas, cuentas de banco y automóviles.  Pero a  pesar de poseer todos esos bienes materiales, el amor por Cuba y el  deseo por la libertad de nuestra Patria,  para muchos (no para todos) no  ha decrecido, sino ha aumentado.  Cuba es principio y fin;  CUBA LO ES  TODO.
 Cada  día,  los cubanos (hasta los que por su edad o por su pesimismo se  mantienen inactivos en la lucha contra el castrismo) adoramos más a Cuba  y cada día deseamos más desesperadamente su libertad. Mientras más  tiempo llevamos en el destierro,  más la queremos y más la veneramos.
 Cuba  deja de ser un país para convertirse en algo sagrado, en un sueño  inalcanzable. Cuba,  para los cubanos,  es algo así como el Paraíso para  los religiosos. ANTES DE LLEGAR AL PARAÍSO, queremos que Dios nos  conceda ver a una Cuba libre.
 Les  aseguro que yo he visto a ancianos cubanos gravemente enfermos  y  muy  cerca de dar sus últimos suspiros, pidiéndole a la Caridad del Cobre la  libertad de Cuba.  Esos viejitos cubanos rogaban por Cuba  antes de   pedir misericordia Divina para ellos mismos y procurar su propia  entrada en el Cielo.
 El  99 por ciento de los viejitos cubanos tienen una sola obsesión en la  vida,  y esa obsesión es  NO MORIRSE ANTES QUE CASTRO.  Ellos tienen la  esperanza que la  muerte del tirano represente la libertad de Cuba, y  precisamente por eso, ruegan encarecidamente que así sea antes que ellos  se despidan de este mundo.
 Desde  hace mucho tiempo, Cuba dejó de ser cuatro letras para muchos de  nosotros, y ya no es simplemente una isla. Cuba es el CENTRO de todas  nuestras conversaciones, es el interés único en ver los noticieros  televisivos y en escuchar las noticias en la radio.
 Somos  los cubanos los que al escuchar “un parte de última hora”,  dejamos de  respirar por unos segundos queriendo oír la palabra "Cuba". Y después de  la palabra "Cuba",  escuchar algo que nos conceda una simple  esperanza.  Hasta cuando Cuba fue nombrada uno de los siete  países terroristas del mundo, un poco después del ataque a las Torres  Gemelas de Nueva York,  les dio a algunos cubanos un hálito de esperanza  pensando en una posible intervención americana.
 No,  no sabíamos al salir de Cuba que Fidel Castro y su medio hermano iban a  ser tan malvados, tan hambrientos de control  y tan desmadrados. ¿Cómo  imaginar que esos dos monstruos octogenarios todavía  estarían aferrándose al poder absoluto a estas alturas? Hoy son nada más  que un par de espantapájaros asesinos, pero siguen allí destrozando  nuestra Patria.
 ¿Cómo  íbamos a imaginar que el mejor aliado que Cuba tenía, Estados Unidos,  iba a permitir una tiranía en nuestro país? Mi padre, brillante a la  hora de indicarme la maldad de Castro inmediatamente (desde enero del  59), falló al creer que este gran país desembarcaría los “Marines” en  nuestra nación ese mismo año.  Tener fe y confiar ciegamente en los  Estados Unidos era muy común entre los cubanos de aquella época, donde  hasta cierto punto, se idealizaba el poderío y la rectitud de su  gobierno.
 Y  pasan las décadas y CUBA CRECE en nuestros corazones. En nuestras  mentes ya no existe un solo país MÁS EXCELSO  QUE EL NUESTRO, no hay un  solo himno nacional más hermoso que el nuestro, ni una bandera más  preciosa que la nuestra. Ni tampoco existen seres mas odiados por los  cubanos de verdad en toda la faz de la tierra  que los hermanos Castro.
 Y  creemos firmemente que nosotros tenemos antigüedad en el sufrimiento,  no entendemos ¿por qué invadir a Irak y a Afganistán primero que a Cuba?  Y todavía escucho a quienes sostienen que los Estados Unidos deben  invadir urgentemente a Venezuela. Y me  pregunto ¿por qué, porque tiene  petróleo? Si Venezuela tiene petróleo,  nosotros tenemos ríos de sangre  inocente vertidos por culpa de los asesinos Castro. Cuba PRIMERO. Para  Cuba, hace rato que YA ES HORA como dijera el Apóstol.
(Amabilidad del autor).