(Fuente imagen: Ionsys; fuente: PICU y C. Maestu)
Desde mi posición de profesor universitario en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de la Universidad de Madrid, doctor en Medicina y coordinador de la asignatura de bioelectromagnetismo, me dirijo a usted (...).
Es bien sabido, que el aumento de la preocupación social sobre los posibles efectos de este tipo de radiaciones en la salud no corresponde a imputaciones exageradas de ciudadanos, sino a la respuesta acumulada de numerosos grupos científicos que, desde estudios básicos 'in vitro' o 'in vivo ', desde el nivel molecular hasta el sistémico, han comprobado cómo campos magnéticos de baja intensidad, a multiples frecuencias, pueden alterar el comportamiento de los procesos biológicos en todas sus facetas moleculares y comportamentales.
Desde este punto de vista, éste no es un problema que se pueda restringir al ámbito del laboratorio, sino que se trasforma en una importante preocupación en el ámbito de la salud pública (...). Existen precedentes en este campo de investigación en el marco del sistema sanitario público: le pongo como ejemplo el trabajo desarrollado desde hace más de veinte años por el grupo de investigación en Bioelectromagnetismo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, dirigido por la Dra Jocelyne Leal. El Hospital 'La Fe' de Valencia es considerado un centro pionero en este campo por la calidad de las investigaciones publicadas, algunas de ellas citadas en prestigiosos informes internacionales del propio Parlamento Europeo.(...)En la seguridad que los avances en el conocimiento en este campo permitirán un uso adecuado de esta fantástica herramienta que nos plantean las nuevas tecnologías: igual que hemos aprendido a manejar el fuego, debemos aprender a convivir con estas nuevas fuentes de radiación artificial.
Un cordial saludo Dr. Ceferino Maestu
Grupo de Bioingenieria y Telemedicina (GBT)
Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicaciones de Madrid
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Por otro lado, para Jorge Juan Skvarca, experto de la Organización Mundial de la Salud, la posibilidad de que la telefonía móvil provoque algún tipo de cáncer u otra enfermedad está descartada.
Skvarca aseguró que no hay riesgo alguno de que los niños puedan contraer cáncer o leucemia por estar cerca de una antena o de un teléfono celular. “Siempre hubo cáncer. Es más, el 20% de la población, una de cada cinco personas muere de esa enfermedad”, expresó. "Es más fácil que alguien muera porque se cayó la estructura de la antena o por ir conduciendo y hablando por celular al mismo tiempo, que por las ondas electromagnéticas.(...) La telefonía es un buen negocio en el mundo y la OMS no está apoyando a ningún fabricante ni operador".
Skvarca participó en un panel sobre este tema en Argentina, donde dijo que "si bien se ha demostrado experimentalmente que en altas dosis las radiaciones que emplea la telefonía móvil pueden producir cambios a nivel celular, en los niveles habituales y aceptados por la OMS esto no ocurre".
Dr Jorge Juan Skvarca
Consejero del Departamento de Equipos Médicos, en el Ministerio de Salud de Argentina.
Miembro del Panel de Expertos de Asesoramiento para las Radiaciones de la OMS.