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Mariana Rondón pide cese de la intolerancia desatada por Chávez


"Pelo malo", la cinta criolla de Mariana Rondón, consiguió el premio mayor del Festival de Cine de San Sebastián 2013: la Concha de Oro. El veredicto se develó en medio de la Gala de Clausura el último sábado de septiembre y lo vimos por Televisión Española.

La película ganó por unanimidad, según el veredicto del jurado presidido por el director de cine Todd Haynes, causando la noticia gran alegria, al menos en Venezuela.

"Pelo malo" fue la producción con menor presupuesto de toda la Selección Oficial, y Mariana Rondón, la cuarta mujer que consigue el máximo galardón del festival y la primera mujer latinoamericana. 

"Yo hice esta película para curarme de la angustia de ver tanta intolerancia", afirmó Rondón emocionada al recibir el galardón. "Pensar distinto a los otros, ser diferente, no es un problema, al contrario es lo más hermoso que tiene el ser humano sobre todo cuando se encuentra con otros", agregó.

Mariana dio al diario El País unas interesantes declaraciones. 

Pelo malo surge de la sensación de su directora y guionista “de dolor y ahogo”. 

Leamos lo que dijo la brillante directora:

“Llevo mucho tiempo asfixiada por esos pequeños gestos, por esas cosas que pasan en la vida diaria venezolana, cómo el contexto social se ha metido en las familias, los amigos, creando una pequeña violencia que puede parecer chiquita, pero que suma y suma… Es una película contra la intolerancia, que apoya las pequeñas rebeldías. No sé si quedó claro en la pantalla todo lo pesimista que soy, y si dejé alguna rendija a la esperanza.

“En general en la conducta diaria no somos intolerantes. Es algo en el que, a pesar de que haya crímenes muy violentos relacionados con la intolerancia, se lleva bien. Pero hace unas cuatro semanas, un diputado del partido del Gobierno hizo unas declaraciones acusando a miembros de la oposición de corrupción. Pero ese tema quedó minimizado cuando el diputado los acusó también de homosexuales y montó un show homofóbico, apelando al machismo de sus seguidores. Un acto brutal. ¿Qué pasó? ¿Cuándo aquí esto se convirtió en un insulto?”. Ugás apostilla: “Venezuela es Caribe puro, piel, la gente suda, se frota, es muy sensual. Yo soy peruana y me fascina de los venezolanos que nunca hubo diferencias de clase, color, género… Pero desde arriba, desde los discursos políticos, ahora se impone esta intolerancia para llegar a lo más íntimo de sus habitantes. De repente la homosexualidad es un delito”. De ahí el personaje de la madre, que explica la directora: “Es que ella no tiene miedo de que su hijo sea homosexual; ella tiene miedo de que no sea heterosexual. Quiere ayudarle y no quiere que su hijo vaya a un mundo que le destruya. Ella, en medio de toda su ignorancia, quiere protegerle. En Latinoamérica reina el matriarcado, así que son las mujeres las culpables en mayor parte del machismo”.

La película es también un retrato de la Venezuela actual, la del poschavismo presidido por Maduro. 

¿Es un toque de atención hacia los gobernantes, para que vean lo que ocurre? 

“Yo no sé si tendrán ojos para verlo. No me gusta la polarización de mi país. Quiero que gente muy diferente encuentre ese lugar para charlar. En esta radicalización que me preocupa mucho hemos perdido los sitios de encuentro. No me puedo creer que no haya marcha atrás. 

Cada vez nos hacemos más daño y nos hundimos más. Cada vez el otro, por no tener la misma idea, es más enemigo. Y a mí nadie me dijo que esto era una guerra, solo íbamos a unas elecciones. 

Paremos. 

Hay un dolor inmenso. De un acto político, un referendo, hemos pasado a un acto de fe, de ideas”. ¿De quién fue la responsabilidad? Toda de Chávez. Cuando dijo eso de que quien no está conmigo está contra mí nos sentenció a esta guerra. Y Maduro sigue el mismo camino. Paremos, construyamos un país, construyamos una vida. Cuando volvamos ahora con el premio todos se apuntarán al carro. No nos importa. Con tal de que eso contribuya a que se vea la película…”. 



Lean la nota completa de El País

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La verdad sobre la inmensa deuda de Venezuela, adquirida en nombre del "socialismo"

- La deuda pasó de $27.484 millones en 1998 ¡a $180.000 millones en 2012! (aparte de los ingresos petroleros que se devoraron)


LEMUS - El Nacional

JOSÉ GUERRA: “…El principal rubro que absorbe ingresos del Presupuesto Nacional, no es ni la salud, ni la educación, sino el pago de la deuda con 20% del gasto público””
CHÁVEZ: “Estamos listos para recibir otros $4.000 millones del Fondo Chino"| EL MUNDO


Rafael Ramirez - mentiroso - Soberanía.org
 PDVSA: DEUDA FINANCIERA:
año 2009 $21.897mm;
año 2010 $24.950mm;
año 2011 $34.892mm.
INCREMENTO año 2009 – año 2011: $12.955mm (59,4%).

PDVSA: PASIVO TOTAL:
2009 $75.212mm;
2010 $76.451mm;
2011 $108.271mm.
PATRIMONIO:
2009 $74.389mm;
2010 $75.314mm;
2011 $73.883mm.


Jorge Giordani, el máximo endeudador en la Historia de Venezuela - MINCI
MIGUEL ANGEL SANTOS: 92% de reservas BCV son oro. Y el oro, en caída ¿controlada?
Durante el Control de Cambio  se aceleró la salida de divisas del país



José Guerra - Foto Flash - JC

“Hugo Chávez hipoteca a Venezuela”
Dos episodios son claves para entender el proceso contemporáneo de la deuda pública de Venezuela. Ambos tienen que ver con el aumento de los precios del petróleo.
El primero de ellos ocurrió entre 1974 y 1978 cuando la primera administración de Carlos Andrés Pérez (CAP), a marcha forzada, se lanzó a un agresivo plan de industrialización con el objeto de expandir significativamente la capacidad de producción de hierro, acero, aluminio y generación de electricidad.
Fueron concebidos todos esos proyectos como vertientes de un modelo que privilegiaba la intervención del Estado en la economía.
Similarmente, se emprendió un masivo plan de financiamiento de la producción agrícola, a través del Fondo de Crédito Agropecuario y el extinto Bando de Desarrollo Agropecuario (Bandagro) y de impulso a la industria manufacturera mediante el Fondo de Crédito Industrial y su correspondiente palanca financiera a la pequeña y mediana industria con la creación de Corpoindustria.
El proyecto de CAP igualmente contempló la ampliación del alcance de la línea área bandera de Venezuela, VIASA y también el reforzamiento del gobierno como vendedor y distribución de alimentos con la creación de Corpomercadeo.
Valoraba CAP que los elevados precios petroleros que empezó a recibir Venezuela a partir de 1974 tenían que ser aprovechados para proyectar lo que él llamó la Gran Venezuela.
El precio petrolero que en 1973 estaba en US$/barril 3,6 saltó hasta US$/barril 10,3 en 1974, lo que marcó el inició de parte de los problemas que todavía estamos viviendo.
La deuda pública total que en 1973 se situó en US$ 1.708 millones, equivalente a 10,0 del PIB se expandió a un monto de US$ 11.400 millones, lo significaba 29,0% del PIB en 1978.
Muchos disfrutaron y se beneficiaron de este endeudamiento, otros se hicieron los locos pero algunos alertaron sobre las consecuencias de ese ritmo frenético de acumulación de deuda, entre estos últimos destacaron, Juan Pablo Pérez Alfonzo y Jorge Olavarría.
La razón del crecimiento de la deuda radicó en un hecho simple pero poderoso: los ingresos fiscales eran insuficientes para financiar un nivel de gasto desbocado y muchas veces improductivo.
Y cuando los ingresos no alcanzan alguien tiene que pagar lo gastamos en exceso.
CAP que recibió de Caldera, en 1973, el déficit fiscal en 1,1% del PIB, lo llevó hasta 5,6% del PIB en 1978.
Hugo Chávez y su sempiterno ministro Jorge Giordani, con el manejo de las finanzas públicas de Venezuela, agravaron y potenciaron todas las distorsiones del primer gobierno de CAP. Pero lo peor no ha sido eso, sino que no aprendieron ninguna de las dolorosas lecciones que se derivaron de ese lapso y que con un nivel mínimo de raciocinio económico era de fácil comprensión.
Chávez heredó de Caldera, en 1999 un país paralizado económicamente pero con un nivel de endeudamiento relativamente bajo.
La deuda total de la nación era de US$ 27.484 millones lo que representaba 28,7% del PIB y el precio petrolero alcanzaba a US$/ barril 9,4.
Hoy está en más de US$/barril 100,0. A partir de 2004 pero con especial énfasis desde 2007, tiró Hugo Chávez una parada muy arriesgada: la de magnificar el rol del Estado en la economía aprovechando los jugosos ingresos petroleros que los cuales disfrutaba Venezuela.
En la mesa de juego financiero en que se convirtió el país, Chávez, chequera en mano, nacionaliza la Cantv, la Electricidad de Caracas, el Banco de Venezuela, Sidor, todas las empresas del cemento, Lácteos Los Andes, las compañías petroleras de la Faja del Orinoco, y una gama impresionante de empresas cada una de ella más absurda que la otra.
Parte de esas empresas fueron pagadas, pero otras no han podido ser canceladas porque el gobierno ya no tiene los raudales de dólares que tenía en el pasado reciente, con los cuales podía Chávez retar a los dueños de empresas.
Aquel gobierno todopoderoso hoy debe mucho dinero y está demandado en tribunales por maula.
Como era de esperarse, esa multiplicación del papel del Estado en la economía tenía que tener sus consecuencias en la economía, como efectivamente las tuvieron.
Los superávit se trocaron en déficits y los ingresos petroleros y no petroleros se volatilizaron en una especie de ruleta de ineficacia y corrupción, donde un conjunto de burócratas manejan entes públicos como si se tratara de unos corsarios que se hicieron con un botín.
Expresión de lo anteriormente narrado han sido los crecientes déficit fiscales que consignan las cuentas públicas y que ha conducido a un proceso de endeudamiento tan veloz como irresponsable.
Ese adefesio que ha significado la emisión de deuda en dólares pagadera en bolívares, no se había visto en Venezuela y su origen es otro adefesio peor o igual que el primero y que vino con la reforma León-Cabeza en 2005 de la Ley del BCV y que creó posteriormente un mecanismo llamado SITME que no es otra cosa que la venta a futuro de las reservas internacionales.
El crecimiento, más que el nivel de la deuda, se ha traducido en el hecho de que el principal rubro que absorbe ingresos del presupuesto nacional, no es ni la salud, ni la educación, sino el pago de la deuda con 20% del gasto público. | TALCUAL

El cáncer de Chávez

Hoy leí este artículo de Carlos Alberto Montaner y quedé impresionado. Tanto me mintió Chávez que si me dice que está enfermo no se lo creo ... pero, conjugando lo que dice el paciente y lo que opinan los partidarios y opositores políticos en Twitter, me he puesto a cavilar.
No sé, pero, en todo caso, entre tanto, veamos lo que escribe Montaner, quien asegura con base a lo que le han informado y las estadísticas, que al mandatario venezolano le quedan X meses de vida:
La agonía de Chávez
Sus médicos cubanos ya le comunicaron al presidente Hugo Chávez que muy probablemente no llegará vivo a las elecciones de octubre. No se trata de certezas, sino de una aproximación estadística. Las personas de su edad afectadas por el cáncer agresivo que padece, complicado por la metástasis generalizada que se ha desatado, suelen sobrevivir equis meses. A veces exceden el periodo o a veces no llegan. Sólo se trata de un macabro promedio.
Una de las primeras reacciones de Chávez fue llamar a un jefe de estado amigo para contárselo. A partir de ahora hará cosas cada vez más extrañas. Necesita, como cualquier persona moribunda, ánimo, compasión, palmadas cariñosas.
Una vieja amiga tanatóloga, especialista en ayudar a morir a los enfermos terminales, que ejerce su triste y necesaria profesión en un gran hospital, siempre insistía en que las gentes necesitan, por encima de todo, más que palabras de consuelo, que le aprieten la mano cuando se despiden de este mundo. Ese contacto final de piel a piel es misteriosamente reconfortante. Quita un poco el miedo que provoca asomarse a ese abismo insondable.
En efecto, las personas moribundas sufren de varios miedos diferentes. Le temen a la destrucción acelerada del cuerpo. Han vivido pendientes de él. Lo han cuidado, lavado, protegido, lo han enseñado con orgullo, y, de pronto, el deterioro, en lugar de ser paulatinamente perceptible, se presenta de sopetón como una pesadilla.
Las personas, especialmente las poderosas, además, le temen a la pérdida de autoridad sobre el propio yo. El enfermo terminal está a merced de los médicos, de los enfermeros, de los parientes. De una manera cruel, se invierten las relaciones de poder y el enfermo terminal sufre la indignidad de ser sometido por cualquiera con una bata blanca o por el familiar o amigo que le hace compañía. Vuelven a ser tratados como niños.
Y está el miedo al dolor. Ése es terrible y acarrea una consecuencia nefasta: el enfermo terminal subordina toda su existencia, la poca que le queda, a tratar de evitar esa experiencia. Se obsesiona con el dolor. Habla y piensa constantemente en eso. El resto de los temas dejan de ser importantes. Ante un dolor agudo, ¿quién piensa en el amor, en la responsabilidad o en lo que sea? ¿Qué hay más absorbente que el temor a un dolor penetrante?
Chávez advierte que tiene poco tiempo para la inmensa cantidad de asuntos que deja pendientes, pero súbitamente han cambiado sus prioridades. ¿Le importa mucho el destino de su revolución bolivariana a estas alturas de la vida o de la muerte? Tal vez no. Se sabe rodeado de bandidos dedicados al desfalco de los fondos públicos y de narcos generales que han echado las bases de un narcoestado. Con esa impresentable tropa no puede comparecer ante la posteridad. La revolución bolivariana fue un sueño trunco.
¿Le importa hoy, a las puertas de la muerte, aquel loco proyecto del socialismo del siglo XXI que nunca llegó a definir del todo, o que definió de tantas maneras que nadie tiene la menor idea de lo que está hablando? ¿Quién va a derrotar ahora al imperialismo yanqui y enterrar al capitalismo? ¿El limitado señor Nicolás Maduro? ¿El viejo pillín José Vicente Rangel? ¿Se cree alguien que Diosdado Cabello es un revolucionario idealista consagrado a la redención de la especie?
¿Puede Chávez dejarle a un albacea el encargo post mortem de que continúe ejerciendo la filantropía revolucionaria con Cuba, Nicaragua, Bolivia y otros estados pedigüeños? Chávez es pródigo como nadie con el dinero de los venezolanos. Se ha comprado la fama a punta de bolívares. Le regala plata a candidatos extranjeros, a amigos, a cualquiera que pasa por Caracas y le hace un cuento. ¿Quién va a reproducir ese comportamiento dadivoso para cultivar su gloria tras su muerte?
¿Qué es, en suma, la revolución bolivariana? Chávez lo sabe y se lo lleva a la tumba con pesar: es sólo una nueva oligarquía política que saquea al país impunemente. Nada más. Si en algo Chávez recuerda a Bolívar, es en que también ha arado en el mar. Todo ha sido inútil. Su experimento revolucionario no será estudiado en las clases de Ciencias Políticas, sino en las de Criminología. Se morirá con esa pena. Es muy triste.

"Vencer el miedo, instaurar el poder civil", por Isaac Nahon

Este artículo me gustó (lo leí hoy en Facebook y lo comparto):

Es muy probable que la sobre-exposición propagandística del régimen de Hugo Chávez haya tenido algún efecto intimidatorio entre los opositores y entre quienes tienen dudas (los mal llamados “ni-nis”). Chávez y sus acólitos, incluyendo particularmente los militares, han aplicado una regla fundamental de la propaganda que estableciera el nazi Goebbels: apelar al terror por todos los medios. Y no le han faltado medios al autócrata y su combo. El más destacado de ellos fue el desfile militar para celebrar el 4F, la intimidación por las armas, por la violencia institucionalizada y no institucionalizada (recordar La Piedrita). Los otros medios tienen que ver con lo que los venezolanos llamamos el “bozal de arepa”, es decir el miedo a perder alguno de los beneficios que ofrece ó promete el régimen.

Si bien la fórmula del terror puede resultar eficaz para los fines del autócrata, el régimen de Chávez se equivoca al pensar que el miedo es una emoción que sólo se mueve en una dirección. El miedo inhibe, pero también produce otras reacciones. En el terreno de las pasiones vale la imagen de la bipolaridad. Algunos se paralizan ante el terror, pero otros pasan de la inhibición inicial a la “arrechera”, para decirlo en venezolano. La intención de intimidar del régimen va cargando a ciertas personas que, indignadas, buscarán drenar su justificada “arrechera” por la vía del voto.

No todo debe ser pasión pura en la reacción opositora. Hay una razón fundamental que debe acompañar a la “arrechera”; votar el 12 de febrero primero y después el 7 de octubre es el acto fundacional del poder civil en Venezuela. Es, en el sentido más primordial, una revolución para instaurar el poder de los ciudadanos desarmados, que en la multitud del voto decidirán el porvenir de su vida en común. Los realistas (por el sentido de realidad, no por monárquicos) me dirán que ante el poder civil tenemos el poder militar y paramilitar de la autocracia. La lucha se presenta desigual. No les falta razón, pero hay dos observaciones que quiero hacer al respecto.

La primera observación es que la historia está llena de ejemplos de luchas extremadamente desiguales, en las que el poder civil terminó por imponerse por la vía democrática. Los chilenos contra la dictadura de Pinochet, a la que sacaron con un plebiscito. Los polacos que terminaron con la tiranía comunista, y todos los resistentes que en la Europa Oriental lucharon contra las dictaduras pro-soviéticas. Mandela y la mayoría en Sudáfrica contra el apartheid. Martin Luther King y los millones que desfilaron con él para promover los derechos civiles de los afro-americanos. No hay ingenuidad en estos ejemplos, es sólo el reconocimiento de una evidencia clara. El poder los tanques y de la brutalidad tiene sus límites ante la multitud civil activada.

La segunda, es que hay algo de debilidad en el hecho que el “Líder Máximo”, el “Comandante Supremo de los Ejércitos”, tenga que declarar que la Fuerza Armada es “chavista”. Ante lo que podría ser una “evidencia”, por las muestras de adulancia que han dado los militares en estos días, no haría falta declarar que los hombres y mujeres en armas son leales a Chávez. Pero si el mismísimo Chávez tiene que decirlo y repetirlo, es que lo que parece una “evidencia” probablemente no lo sea tanto, ó no lo sea para toda la Fuerza Armada. Dicen los franceses que “qui s’excuse s’accuse”.

Este domingo 12 de febrero tendremos la oportunidad de dar un paso importante para salir de la trampa del miedo. Será sólo un primer gesto de una lucha que se anuncia dura. El régimen arreciará en su campaña de terror. Una buena dosis de sana “arrechera” y una buena carga de razón civilista deben traducirse en multitud para consolidar el poder civil que pondrá fin a un régimen corrupto e incapaz. A votar, pues.

(Los subrayados son míos)
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